YouTube está en plena adolescencia, pero se está muriendo. Mejor dicho se está suicidando. Pero a pesar de las diversas alertas que así lo indican, YouTube prefiere mirar a otro lado… como los adolescentes.
Probablemente YouTube no vaya a morir y desaparecer de u día para otro. Pero sin duda ya no es el lugar de moda donde desarrollar un proyecto de vídeo. A pesar de que según los números sigue creciendo, lo hace con vídeos cada vez más genéricos de grandes cadenas y cada vez con menos contenido original de creadores.
El fenómeno de los directos de los streamers de Twitch representa sin duda una fuga de creadores que YouTube no está sabiendo evitar. Grandes YouTubers de moda se han pasado a la nueva plataforma debido a las facilidades creativas, asi como las diversas limitaciones que YouTube se empeña en no querer arreglar.
Pero Twitch no es la única. TikTok o Instagram Stories también se están llevando buena parte de los creadores de vídeos cortos y consumo casual en el móvil. Aquí YouTube tampoco ha logrado encontrar una fórmula con la que tapar la fuga, pese a ofrecer un formato clonado llamado ‘historias’.
Muchos han abandonado YouTube tras comprobar empíricamente que el ‘algoritmo mágico’ realmente arrastra los fallos y errores de concepto de aquellos que lo programan. Al fin y al cabo un algoritmo no es un sistema perfecto. Es un conjunto de ordenes y filtros definidos por personas… y puede estar mal diseñado.
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